León III murió en el año 741.

Le sucedió Constantino V. Durante su reinado los bizantinos consiguieron tres victorias contra los árabes: Germanicia, Melitene y Teodosiópolis. También detuvo el avance búlgaro. Tras esta última, los ataques árabes cesaron; Constantino también ordenó que se reuniera un concilio que acordó la destrucción de todas las imágenes e inició una dura persecución contra los icóndulos.

Murió en el año 755. Su sucesor fue León IV. Durante su reinado cesó la persecución contra los icóndulos.

Repelió dos incursiones árabes y mantuvo la paz con los búlgaros. Tras su muerte, la emperatriz Irene se proclamó regente de su hijo, Constantino VI. Durante el periodo de su regencia se restableció el culto a las imágenes (787). Tras un breve reinado de Constantino, Irene recuperó el poder después de ordenar cegarlo, pero lo perdió en un golpe de Estado en el año 802.

Le sucedió Nicéforo I.

Este se vio obligado a aumentar el tributo pagado a los árabes desde los tiempos de Irene.

Fue derrotado y asesinado por los búlgaros en el 811.

Durante el reinado de su sucesor, Miguel, estos continuaron ocupando territorio en los Balcanes.

Sin embargo  su sucesor, León V el Armenio, contuvo el avance búlgaro; y tras la muerte del Kan Krum, firmó con su sucesor una tregua de treinta años.

León volvió a una política iconoclasta, aunque sin causar grandes persecuciones.

Tras su asesinato estalló una guerra que duró tres años, por la cual Miguel II llegó al poder. Durante su reinado, los árabes conquistaron Creta y avanzaron en Sicilia. A su muerte le sucedió Teófilo, el cual no fue capaz de protegerse de los ataques árabes y sufrió una importante derrota en Amorio. Al morir, su viuda Teodora restauró definitivamente el culto a las imágenes.

Durante su regencia los bizantinos intentaron recuperar Creta sin éxito, arrasaron Damieta (Egipto) y terminaron firmando una paz con los abasidas. En Europa, recuperaron parte del Peloponeso.